19 may 2012

Play, Pause... Stop!

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
(Ruben Darío)

JIA no es sólo sinónimo de futuro, sino que es también una parte del presente de nuestra profesión. Así lo demostramos estos días en Santiago de Compostela, con un formato y un contenido innovadores, que no se encuentran fácilmente en otros congresos peninsulares. Ya estamos en el siglo XXI y por ello la arqueología que debemos estar practicando necesita ese caracter fresco y rompedor que ofrecen las jornadas. Tras cinco años de vida y un cambio de formato que volvía a los orígenes de la idea, las cerca de diez horas de debates que ha dejado el congreso, sientan las bases de lo que queremos para el futuro.
¿Qué queremos? Una arqueología diferente ¿Cuándo la queremos? Ya.
Sin embargo, no todo ha sido de color de rosa en estos días y un fantasma ha sobrevolado el JIA; el fantasma de la continuidad. Todo parece indicar que el año que viene nos veremos de nuevo, seguramente en Barcelona, pero no ha sido fácil. El jueves 10 tuvimos un coloquio que precisamente se llamaba 'Arqueología para el siglo XXI' en el que nos cuestionamos el recorrido que podía tener una idea como el JIA en el contexto actual. Eramos muchos los que queríamos más, pero ¿suficientes como para darle continuidad?
El fondo del JIA no es sólo un encuentro para no-doctores, sino un ágora de debate y de nuevas ideas que poder compartir sin miedo en un contexto de debate y de crítica al modelo actual. Era un lugar donde traer esa 'otra' arqueología que ocurría al margen de tipologías y etiquetas, los temas transversales que hacían de nuestra disciplina una profesión de fuerte impacto social, político y económico. El JIA era un foro de debate teórico, en el que poder traer a escena las últimas novedades que veíamos en nuestras estancias e intentar aplicarlas a nuestros objetos de estudio. JIA era la arqueología del siglo XXI. ¿Seguirá siéndolo? Espero que sí.
Mientras su futuro se aclara del todo, y dentro de este contexto, el título de esta entrada-debate se refiere a uno de los lastres de nuestra disciplina: La reproducción de las dinámicas tradicionales de investigación en el aspecto más político del término.
'El futuro de la arqueología en España' tiene varios capítulos que denuncian precisamente este tema en diferentes contextos. No es algo que nos venga de nuevas, pero es algo que sigue estando presente de forma muy marcada en la arqueología española; especialmente en el ámbito académico. No voy a generalizar, ni a dar nombres. Hay mucha gente que lleva años trabajando por una arqueología diferente, rompiendo moldes y ayudándonos a romperlos a los demás. Por cada uno de estos profesionales hay otros que no, que reproducen los modelos y lastran el desarrollo de la arqueología española. Lo he dicho bien claro... para que me crucifiquen una vez más.
  • PLAY - Es el botón de reproducir... ese que pulsamos desde primero de carrera para labrarnos un futuro. Es el que nos lleva a hacer lo que nos dicen para nuestro bien y el de nuestros compañeros. El botón por el que publicamos sólo en revistas de impacto, olvidándonos de otros medios de comunicación que nos necesitan más. El botón por el que no nos importa nada más allá del registro, que es lo que hace arqueología.
  • PAUSE - Hay momentos en los que uno se cansa de reproducir por diferentes razones. Te quedas sin beca, sin contrato, sin futuro, sin arqueología, sin ganas... En este momento te cuestionas si tanto reproducir ha servido de algo y buscas nuevas salidas. El problema suele venir con nuevos contratos por los que volvemos a pulsar el 'play'.
  • STOP - Es la llamada que hago hoy, el botón que muchos compañeros hemos pulsado desde hace años, jóvenes y no tan jóvenes. Todos hemos reproducido y seguimos reproduciendo de vez en cuando, pero si ha sido posible (aunque difícil) romper con el sistema y seguir adelante, puede que merezca la pena intentarlo. Este botón se pulsa cada vez que buscas hacer algo nuevo, como cuando hace veinte años a algunos se les ocurría que la nueva arqueología no era tan nueva o que había otras cosas además de hombres adinerados. Es un botón que para muchos es más fácil de pulsar y al que los jóvenes le tenemos miedo, porque puede parar nuestra carrera profesional, no la reproducción del sistema.
En este libro (Laboratorio de ideas) y a lo largo del JIA se han podido ver algunas. Lo que hace falta es valentía, compromiso y unidad, para que el miedo no sea una excusa. La arqueología del siglo XXI no puede seguir siendo la que era hace cien años y por eso desde esta entrada os quiero animar no sólo al debate y a plantear nuevas ideas, sino también a pulsar ese botón de 'pause' en nuestras carreras, preguntarnos qué hacemos, qué podemos hacer... y hacerlo.
STOP
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Recordad que el debate está moderado, por lo que puede que vuestros comentarios tarden un tiempo en aparecer. No se pueden hacer comentarios anónimos y debemos guardar el respeto. Espero que os animéis a participar, en este o en otros debates que podéis proponer a través del correo-e publicarchaeology@gmail.com

[Debate iniciado por: Jaime Almansa Sánchez]

1 comentario:

  1. Desde luego la reproducción de esquemas es una cuestión que afecta a todos los ámbitos de la Arqueología: reproducción del modo de producción en el sector comercial, reproducción de las dinámicas departamentales en las universidades, reproducción de modelos de gestión del patrimonio caducos... Pero, ¿cómo escapar? Estamos siempre en la misma: movernos entre esta reproducción normalizada de la disciplina o actuar en los límites. O te vendes al mejor postor o planteas la crítica desde fuera, limitando en cierto modo tu capacidad de actuación, pues estarás "en el bando perdedor". ¿La alternativa? Creo que se planteó bien en el debate del JIA: analizar, detectar los problemas, generar las alternativas al mismo tiempo que ejercemos la crítica desde dentro. ¿El modo? Compromiso, organización y, sobre todo, mucho trabajo. Vamos, lo difícil, pero lo más divertido...

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